El 19/11/05, Edwin Quijada
Miguel , tu reportaje quedo frito!!! Y eso que pensabamos postularte para el Pulitzer por tu rportaje pero sin fotos noo!!!
Lo mismo digo, un reportaje sin fotos, no sirve! ¿O será que se cagan en los sudacas, porque se creen que están en el primer mundo, y no quieren compartir? Pero cuando se arme la 3a guerra mundial, van a volver a pedir la escupidera, como en la primera y la segunda. Así como los yankis, que se jactaban y se cagaban en el protocolo de kioto, ya les empezó a llegar la hora, con Katrina, Wilma, y otros que vendrán. Ya que el fuego está encendido, y el reportaje fue bastante aburrido, aprovecho a citar un versito que trata de la rivalidad de españoles y sudacas: Con lenguaje simple, que era transmitido en traducción simultánea a más de un centenar de jefes de estados y dignatarios de la Comunidad Europea, el cacique Gauycaipuro Cuatemoc logró inquietar a su audiencia cuando dijo: "Aquí pues yo, Guaycaipuro Cuatemoc he venido a encontrar a los que celebran el encuentro". Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace sólo quinientos Años. Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos y es bastante. Nunca tendremos otra cosa. El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo me pide pago de la deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme. El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses, aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimientos. Yo los voy descubriendo. También yo puedo reclamar pagos y también puedo "reclamar intereses." Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América. ¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su Séptimo mandamiento. ¿Expoliación? ¡Guárdame Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de Su hermano!. ¿Genocidio? Eso sería dar crédito a calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos. ¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata, deben ser considerados como el primero de los muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra. Lo que daría derecho no sólo a exigir devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios. Yo, Guaycaipuro Cuatemoc, prefiero pensar en la menos ofensiva de las hipótesis. Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que el inicio de un plan "Marshalltezuma" para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia,el baño cotidiano y otros logros superiores de civilización. Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos: ¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por los Fondos Indoamericanos Internacional? Deploramos decir que no. En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en Armadas invencibles, en terceros Reichs y otras formas de exterminio Mutuo, sin otro destino que terminar Ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin canal. En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo. Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman según la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del Capital y los Intereses que tan generosamente, hemos demorado todos estos siglos en cobrar. Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarles a nuestros hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, mas el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado sólo durante los últimos 300 años, (con 200 años de gracia). Sobre esta base y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda una masa de 185 mil kilos de Oro y 16 millones de kilos de Plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300 años. Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras y que supera ampliamente el peso total del planeta Tierra. Muy pesadas son esas moles de Oro y plata ¿Cuánto pesarían Calculadas en sangre? Aducir que Europa, en medio Milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo. Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos. Pero si exigimos la firma de una Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de La deuda histórica..." Guaycaipuro Cuatemoc formulo así su tesis sobre la verdadera Deuda Externa, ahora sólo resta que algún Gobierno tenga el valor suficiente para hacer el reclamo ante los Tribunales Internacionales. CUAUHTÉMOC / CUAUHTEMOTZIN Ó GUATIMOZIN (1497-1525), fue el último emperador azteca, sobrino de Moctezuma y sucesor de Cuitláhuac. En la época de la conquista defendió a México de Cortéz y los suyos, fue tomado prisionero y después de terribles torturas para que confesase dónde tenían los tesoros fue acusado de conspirador y asesinado, en 1525. Así es, por el oro y por la plata nos mataron y nos matan.