* Aznar pasa el testigo con una crítica brutal contra el PSOE: «Yo no enterré en cal viva» * /*En un durísimo discurso político, insta a no «avergonzarse» de su gestión y a usarla para volver al poder*/ *José María Aznar pasó ayer el testigo en la Presidencia del PP, y asumió el cargo honorífico concedido por su partido, con un discurso político de alto nivel en el que incluyó una dura diatriba contra el PSOE, orientó a los suyos sobre cómo deben hacer la oposición y reivindicó con estridencia toda su gestión. Como en sus mejores momentos de líder, azuzó contra los socialistas a unos compromisarios entregados y sacó pecho por haberse implicado «hasta el cuello» en la lucha contra el terrorismo. «Pero ni yo, ni ninguno de nosotros, hemos usado cal viva para encubrir un asesinato».* / Aznar, ayer, durante su intervención en la clausura del XV Congreso Nacional del PP / * C. Morodo * Madrid- Aznar en su esencia, como en sus mejores momentos como líder del partido. Arengó a los compromisarios reunidos en la clausura del XV Congreso Nacional con un largo discurso que rezumaba «aznarismo» en contenido y en forma, enardeciéndoles y llevándoles de calle. Duro, directo, corrosivo en la crítica a los socialistas y firme en la defensa sin tibiezas de la gestión realizada por su partido en los últimos ocho años. No sonó a un adiós, «llevo ya tres años despidiéndome y comprenderéis que hoy lo pase por alto», aunque señaló dónde reside el nuevo mando: «Suyo [por Rajoy] es el liderazgo del partido y la autoridad para volver a llevarnos de nuevo a gobernar». Si bien ese camino, como se cuidó de alertar a los suyos, pasa inexorablemente por la reivindicación con orgullo de toda la gestión realizada, que, además, servirá para dar credibilidad al nuevo proyecto y al nuevo programa con el que Rajoy se presente a las próximas elecciones generales. «Lo que importa es que nunca lleguemos a sentir vergüenza de haber gobernado, porque el día que lo hagamos, estaremos incapacitados para volver a gobernar». Con la vista puesta en el pasado, como aval de futuro, y con una actitud de reafirmación frente al planteamiento de autocrítica dejado por Alberto Ruiz-Gallardón, el ya presidente de honor del PP reivindicó su política económica, de educación o exterior, y tuvo también el detalle de ir citando, por su nombre, a tres de los «hombres fuertes» de su etapa que han pasado a un segundo plano en este cónclave: Francisco Álvarez-Cascos, Javier Arenas y Jaime Mayor. Con la advertencia de que en marcha hay, por parte de un «Gobierno revanchista», una operación de «extinción» del PP, el ex jefe del Ejecutivo aleccionó a los suyos sobre cómo deben afrontar la oposición. Les pidió coherencia, seriedad, que trabajen con denuedo durante todo el día y, si hace falta, por la noche también, y que no caigan en el error de esa estrategia en la que el PSOE pretende presentarse como el adalid de un «noble progresismo» para etiquetar al PP con la idea de «anticuado». «Ni hay progreso en esos jardines en los que están, ni nosotros somos anticuados». Pero el enloquecimiento de los compromisarios llegó cuando la crítica al PSOE alcanzó el cénit, saliendo a la palestra el GAL y las maniobras para «forzar la voluntad popular» orquestadas desde Ferraz, según denunció Aznar, tras el 11-M. «Dejamos a España con menos comandos terroristas en la calle, y ninguno en las instituciones», «ni yo, ni ninguno de nosotros, hemos usado cal viva para encubrir ningún asesinato, nunca». El ex presidente se jactó de que cuando él llegó en 1996 al Palacio de la Moncloa, no miró al pasado ni se dedicó a «ajustar cuentas». «Y mira que había cuentas, y cuentas y cuentas que podíamos haber pedido. No lo hicimos y, además, no me arrepiento de ello porque el Gobierno del revanchismo tiene muy corto recorrido». En su opinión, si cada Consejo de Ministros se dedica a «desmontar» una pieza de lo ya construido, llegará un momento en que no habrá nada que «destruir» y, entonces, se tomará conciencia de que gobernar es construir, no destruir. «No prestéis atención a esa inmensa causa general que, desde el Gobierno, se ha abierto contra nosotros», aconsejó a su partido. En éstas, sacó pecho ante su próxima comparecencia ante la comisión de investigación del 11-M, a donde acudirá, «porque nunca he dejado de dar la cara», para decir «toda la verdad». Para que los españoles sepan cómo su Ejecutivo dijo la verdad e hizo «todo lo mejor posible», y para que vean también «quiénes mintieron, quiénes engañaron y quiénes forzaron la voluntad popular». Con las pilas ya cargadas con su oratoria, algunos compromisarios empezaron a abandonar el salón del plenario nada más acabar él de hablar. «Los que tenemos razón somos nosotros y lo hemos demostrado. Los que se equivocan son los socialistas y también lo están demostrando. Tenemos un excelente equipo que nos lidera Rajoy y podemos presentar una trayectoria, un balance de trabajo y una labor de gobierno que avala todo lo que en el futuro podemos presentar a los españoles». «Rajoy se presentará con un nuevo proyecto y un nuevo programa, ¡sólo faltaba! Pero cuando se presente con ese nuevo proyecto, la gente se preguntará por qué tengo que fiarme de lo que dice este señor... Y podremos decirles, fiénse ustedes y dénle su confianza, porque este programa es de aquellos que dejaron a España sin déficit, con empleo, con menos comandos terroristas en la calle y con ninguno en las instituciones». «A mí me da igual que me digan que soy como Ben Laden aquellos que no cayeron en la cuenta el 12 de septiembre de que Ben Laden era el asesino. A mí me da igual que diga que soy el que tengo 200 muertos en la espalda, él sabrá cuántos cadáveres llevan a su cuenta esos amigos a los que él ampara y anima». «Dejo el Gobierno con la cara bien alta y las manos limpias puesto que ni yo, ni ninguno de nosotros, hemos usado cal viva para encubrir ningún asesinato, nunca». «Voy a ir a la comisión de investigación del 11-M porque nunca he dejado de dar la cara, y voy a decir la verdad porque nunca hemos hecho otra cosa. Y se demostrará quiénes hicimos lo que teníamos que hacer, y quiénes forzaron y manipularon la voluntad popular». «Estemos seguros de que hicimos que España fuese la mejor, con ambición fuerte, grande y poderosa. Que nunca sintamos vergüenza de haber gobernado». «Señor presidente del Partido Popular, suyo es el liderazgo para llevarnos al Gobierno, suya es la palabra y la tribuna».