El 2004-07-09 a las 11:16 +0200, Emiliano Sutil escribió:
Si, tengo Suse 9.1 y tienes razon si que funciona lo que dice que hace, la prueba que habia hecho yo era descomentar eso e intentar mandar el fichero .exe y leyendo lo que dice que hace eso, es fijarse solo en el MIME, es decir la extension, sin usar el comando file. He probado a coger un fichero exe, cambiarle la extension a zip y ya lo ha enviado.
Exacto. Si "$bypass_decode_parts = 1" entonces sólo si fija en el nombre y la cabecera mime. Si está a 0, o lo que debe ser lo mismo, comentado, entonces ya puedes decir que envias un texto, que si al pasarlo por el programa "file" dice que es un ejectuable, pues es un ejectuable, y no lo deja pasar. Y si lo envias comprimido en un zip sin encriptar, pues también lo descubre y se lo cepilla.
El problema es que se quejarán cuando les entre un virus, y buscarán tu cabeza... y con razón, me temo. :-p
Aqui ya no estoy tan de acuerdo contigo, a mi mis clientes me dicen que quieren enviar ficheros exe y poderlos ejecutar, pues allá ellos, yo lo maximo que puedo hacer es avisarles de que es peligroso, pero si cogen un virus es cosa de ellos. Yo te aviso que te pongas el condón si no me haces caso allá tu ;-)
Si, pero date cuenta de una cosa. El cliente está en una red, y tu en otra - supongo -. El cliente es responsable de su red; aunque tu le envies ejecutables, y le pase algo, el problema es suyo por dejarlos pasar - salvo que tu seas el admin del correo del cliente, claro. Pero al habilitar tu propia red para que el amavis-new te deje enviar ejecutables, estás exponiendo tu propia red y a todos los que estén detrás de tu servidor de correo que administras: y es ésta gente la que puede ir por tus cataplines, permítaseme la expresión chusca :-P Por eso es lo que digo que investigues lo del "-lovers" para que unicamente deje enviar (y recibir) exes a un usuario. Y mejor aún si ese ususario sólo se usa para ese efecto y para nada más. Y todavía mejor si lo envias con firma pgp: así si no la lleva, no es tuyo, y te lavas las manos. -- Saludos Carlos Robinson