En Francia se defienden , Aqui seguramente nos quedaremos con los brazos cruzados
Francia es un clamor contra los juicios por descargar música Causa un poco de envidia, o más bien tristeza, que haya sido en Francia donde, por fin, artistas, profesionales y políticos hayan hecho piña para redactar Liberen la música, un manifiesto en el que se grita "¡Basta ya!". Basta ya de que se lleve a los tribunales a aquellos que utilizan las redes P2P. "Como al menos 8 millones de franceses, nosotros también bajamos un día música de Internet. Somos delincuentes en potencia", señalan. En realidad, los defensores de las redes P2P no dicen nada que no se haya comentado ya: el problema no proviene de las plataformas que permiten la descarga de archivos, sino de las discográficas, que no han sabido adaptarse a la realidad que ha impuesto la llegada de Internet. También denuncian una situación que no siempre se menciona: a la industria musical le importa un rábano la calidad. Lo único por lo que muestra un mínimo de preocupación es el dinero. Por eso promocionan canciones infumables mientras otros muchos se pagan los derechos de autor con las monedas que los usuarios del metro les echan en la funda de la guitarra. Dicen: "Persiguiendo a algunos internautas (forzosamente una parte ínfima, ya que cerca de 5 millones de franceses descargan regularmente), los principales representantes de la industria esperan erradicar la descarga ilegal. Dan por hecho que estas acciones suponen pérdidas millonarias para el sector. Sin embargo, es difícil afirmar cuál seria el porcentaje de internautas que efectivamente comprarían lo que copian o por el contrario cuantos de aquellos que han descargado una canción se sienten impulsados a comprar el álbum integro". Amén. Los manifestantes no se conforman con gritar. Quieren debatir e intercambiar ideas (con el Gobierno, a ser posible). No, estos señores no alientan la muerte de la música, ni la de los músicos por inanición. Sólo luchan por hacer entender que lo que sucede a día de hoy es calcado a lo que sucedió hace 20 años con las cintas de casete: todos nos grabamos antaño algún disco de un amigo y nadie se rasgó las vestiduras. Manu Chao, Ségolene Royal, Benabar, Ariel Wizman, la Sociedad Civil para la Administración de Derechos de Artistas, Ségolène Royal, el diputado del Partido Socialista Francés Christian Paul y la principal organización de consumidores gala -Union Fédérale des Consommateurs? se han convertido en los adalides de la iniciativa, que a buen seguro no apoyará Luis Cobos. Defiende este director de orquesta venido a menos un disparate de tal calibre que hasta causa rubor trascribirlo: "Las compañías de telefonía se dedican a vender banda ancha animando a robar en Internet 24 horas al día con tarifa plana". Es decir, que para que la industria musical siga nutriendo sus cuentas de resultados con miles de millones de euros habrá que acabar con Internet. Directamente. Que analice Cobos sus ideas: desafinan mucho.
También denuncian una situación que no siempre se menciona: a la industria musical le importa un rábano la calidad. Lo único por lo que muestra un mínimo de preocupación es el dinero. Por eso promocionan canciones infumables mientras otros muchos se pagan los derechos de autor con las monedas que los usuarios del metro les echan en la funda de la guitarra. Dicen: "Persiguiendo a algunos internautas (forzosamente una parte ínfima, ya que cerca de 5 millones de franceses descargan regularmente), los principales representantes de la industria esperan erradicar la descarga ilegal. Dan por hecho que estas acciones suponen pérdidas millonarias para el sector. Sin embargo, es difícil afirmar cuál seria el porcentaje de internautas que efectivamente comprarían lo que copian o por el contrario cuantos de aquellos que han descargado una canción se sienten impulsados a comprar el álbum integro". Amén.
Yo soy uno de esos que ha comprado música después de piratearla: he comprado discos que me había grabado en cinta (The Gathering, Tina Turner) y discos que me había bajado de la red (Outkast). Eso son sólo ejemplos, por supuesto me ha pasado eso con más discos. Tengo más de 200 discos originales y puedo decir que lo que realmente me gusta voy y me lo compro. A no ser, claro, que no me dejen. Me explico. Me gusta Celine Dion y me voy comprando sus discos de vez en cuando pero no pude hacerlo con el "A New Day Has Come" porque como paso muchas horas delante del PC, escucho la música en él y cuál fue mi sorpresa al encontrarme en el CD una etiqueta que decía: "Este disco no funciona en un PC", o sea, en un CD-ROM. Porque alguna vez ha caído en mis manos algún disco con esta protección estúpida y tampoco lo he podido escuchar con mi Discman-MP3; se ve que, para poder leer el sistema de ficheros y reproducir MP3, acaba siendo un CD-ROM. Tuve que usar el discman de mi hermano, que no reproduce MP3. Así que al leer la famosa etiqueta volví a dejar el disco en la estantería. Con esa protección no sólo han conseguido que haya gente que, como yo, hubieran comprado el disco y no lo hicimos, sino que tampoco han evitado que se piratee, porque en las p2p está. Faltaría más. Pero parece que todo esto no les interesa a los señores de la SGAE y cía. No lo ven, o no quieren verlo. Es cierto que hay gente que piratea por sistema, y eso tampoco me parece bien, pero si esos señores se creen que con los puñeteros cánones van a hacer que esto se acabe y que compremos más discos, de verdad que no sé en qué están pensando. Román González Madrid djromy@wanadoo.es
participants (2)
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Juan José Gonzalez
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Román González Madrid